El “Doctor muerte” vuelve de nuevo, en esta ocasión con más de cien animales plastinados.

Von Hagens y su zoo anatómico

Pues sí, el controvertido profesor, doctor, anatomista o como lo queramos llamar, Gunther Von Hagens, más conocido como “Doctor muerte”, ataca de nuevo para volver a dividir a la comunidad artística y científica en bandos bien diferenciados.

Todos recordaremos sus pasadas y polémicas exposiciones sobre la anatomía del cuerpo humano, llamadas “Body Worlds”, en las que Von Hagens utilizó por primera vez su ultrasecreta técnica de plastinificación con cadáveres humanos reales. Algunos alabaron sin tapujos está técnica de conservación del cuerpo y los órganos humanos y lo catalogaron como el mejor modo de conocer la anatomía y el funcionamiento de nuestro cuerpo, otros, no vieron más que una monstruosidad, perversa y morbosa en la exhibición de estos cadáveres en posturas a veces un tanto pintorescas, cuando no deshonrosas.

La cuestión es que Von Hagens se ha llenado los bolsillos con su “pseudo-arte anatómico-forense”, y como es un tipo emprendedor, los cuerpos humanos se le han quedado pequeños y ha decidido pasar a plastinar cadáveres algo más grandes. En su nueva exposición, llamada esta vez “Body Worlds of Animals”, se exhiben cien animales, desde los más pequeños hasta los más grandes, como un gorila de 200 kilos de peso, varias jirafas o la pieza central de la exposición, la elefanta Samba, para cuya plastinación se necesitaron cuatro toneladas de silicona, 40000 litros de acetona y unas 64.000 horas de trabajo.

La exposición recorrerá varios zoológicos europeos para dar luego el salto a otros continentes. Parece ser que los zoólogos ven algo arto interesante e instructivo en las exposiciones de este señor, o quizás lo que les interese mayormente, más allá del valor pedagógico del asunto, sea el llenar las cajas hasta los topes por las hordas de visitantes ávidos de nuevos estímulos visuales y, porque no, en busca de un poquito de morbo por el que no suele doler pagar unos cuantos euros.

 

Yo confieso, si alguna vez veo una de estas exposiciones será más por lo segundo que por lo primero. Por cierto, si en un futuro os apetece ser los protagonistas de una de sus exposiciones, en su web podéis donar vuestro cuerpo a la causa.

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