¡Marchando una de huevos!… podridos.

Una cena memorable

Como en Tejiendo también nos gusta el buen yantar y la cocina innovadora, aquí van un par de recetas caseras para saborear los huevos de un modo distinto a los tradicionales. Nos adentramos en los secretos culinarios más exóticos para que, en la próxima cena que organicéis en casa, sorprendáis a vuestros comensales con la total garantía de que la vuestra, será una cena inolvidable para ellos.

 

Receta tradicional china, huevos podridos como los hacía mi abuela (las suyas, me refiero…).

Cojamos unos huevos, da igual su origen ya que al final acaban por tener el mismo sabor. Sumerjámoslos en un mejunje a base de ceniza, arcilla, sal, cal y una buena cantidad de hierbas de la planta del arroz y de té, esperemos durante un par de meses, rescatemos los huevos del mejunje y… ¡voilá¡  ¡A relamernos se ha dicho¡¡

Pero no penséis que los placeres del paladar son los únicos que ofrece este plato ya que, por si fuera poco ¡es un afrodisiaco fantástico!.

Parece ser que lo que afirman especialistas italianos de que “los huevos podridos pueden ayudar a combatir la impotencia”, tiene su fundamento científico.

Según han comprobado, el huevo podrido, emite un gas tóxico, llamado sulfuro de hidrógeno, el cual sería detectado por las células nerviosas del órgano sexual masculino, provocando la erección. Los científicos, explicaron que el efecto, no se produce por inhalación, sino por el contrario, que tendría que ser ingerido en pequeñas dosis.

El sulfuro de hidrógeno, posee un efecto vasodilatador sobre los cuerpos cavernosos del pene, y dado que la impotencia se debe en gran parte a problemas vasculares, es un buen método eficaz para controlar la disfunción eréctil.

El descubrimiento, tuvo lugar en la Universidad de Nápoles Federico II, y según Giuseppe Cirino, uno de los científicos que trabajó en este proyecto, “esta sustancia representa una nueva terapia para las disfunciones sexuales masculinas, y será posible en el futuro crear drogas que emitan sulfuro de hidrógeno o que controlen su producción”.

El método, ya ha sido probado en ratas, y en los penes amputados de transexuales que se habían sometido a operación de cambio de sexo.

Cocinar este plato es tarea sencilla incluso para los más inexpertos del fogón, simplemente se cuecen los huevos durante unos minutos y se sirven calentitos. Toda una explosión de sabores y texturas que dejaran a sus invitados ojipláticos.

Los huevos de pato fertilizados están considerados como una delicia en Asia y sobre todo en Filipinas, China, Camboya y Vietnam. Como en el primer plato, estos huevos también tienen propiedades afrodisiacas, con lo cual, tras este ágape culinario es posible que la fiesta en su hogar termine como las bacanales de Calígula.

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