Sobre el supuesto exilio de Hitler a Argentina tras la escenificacion de su suicidio.

30 de abril de 1945, derrotado y acorralado en el bunker de la Cancillería, Adolf Hitler acaba con su vida disparándose un tiro en la cabeza mientras que Eva Braun ingiere un veneno que también acaba con ella.

Cuando las tropas rusas se hacen con el bunker encuentran los cadáveres del dictador  y de Eva Braun, junto con los de la familia Goebbels y otros mandos. Los soldados, eufóricos por el triunfo, queman parcialmente los cadáveres con un lanzallamas. Tiempo después, los cadáveres son trasladados a Moscú, donde se mantienen hasta 1970, hasta que el entonces líder de la URSS, Leónidas Brezhnev, ordena incinerarlos por completo y dispersar los restos tanto de Hitler y Braun, como de Joseph Goebbels, su mujer y sus seis hijos.

 

 

 

Pese a ello, en 1993 aparecen los restos de un cráneo en los archivos secretos de la antigua Unión Soviética, en Moscú, que se atribuyen de inmediato a Hitler, hasta que recientes estudios realizados sobre el fragmento de cráneo por la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, han demostrado que dichos restos pertenecieron a una mujer.

Estos últimos análisis han vuelto a alimentar las dudas sobre si el Führer se suicidó realmente aquel 30 de abril o si, como muchos investigadores defienden, consiguió salir de Alemania una semana antes para exiliarse a Argentina.

Desde hace muchos años los rumores e hipótesis sobre la posible escenificación de la muerte de Hitler y su huída de Alemania no han cesado. Se podrían escribir varios tomos sobre las teorías que se han barajado a lo largo de los años, como la de su huída en un U-boat hasta una base alemana en la Antártida, que a su vez habría sido destruida en los años 50 con armamento nuclear por las fuerzas americanas y británicas, hasta su huída a la luna u otro planeta desconocido por sus amigos extraterrestres que a su vez fueron los que habían contribuido en el desarrollo tecnológico y científico del ejército nazi.

Pero entre la maraña de hipótesis descabelladas y poco probables que se han barajado, destaca una que bien merece conocer con un poco más de detalle ya que, como veréis, bien podría haber sucedido.

La conexión Argentina

En ella se dice que Hitler huyó de Berlín unos días antes de su caída, en un plan ya preconcebido, para exiliarse en Argentina junto con otros muchos mandos del régimen nazi y con la supuesta intención de volver a rehacer su ejército de las cenizas.

Recientemente, el periodista bonaerense Abel Basti, recopilaba su trabajo de investigación sobre este supuesto exilio de Hitler en un libro titulado “El exilio de Hitler”. En su libro, Basti asegura que el cadáver que los soldados rusos fotografiaron y quemaron era de un doble que habría llegado al bunker el día 22 de abril de 1945, ese mismo día, el dictador voló hasta Barcelona junto con ocho personas más, incluida Eva Braun, haciendo escala en el aeropuerto austriaco de Hörsching. (Esta versión ya fue ofrecida a la CIA por el aquel entonces jefe de la Gestapo, Heinrich Müller).

En Argentina, Hitler junto a Eva Braun gozaron del amparo del presidente de facto, Edelmiro Farrell y de su ministro de Guerra, Juan Domingo Perón.

La fotografía, enviada anónimamente al investigador Abel Basti y sometida a varios análisis de técnicas faciales, muestra supuestamente a un Adolf Hitler anciano en Argentina.

Sobre los dobles de Hitler

El uso de dobles de Hitler por el Tercer Reich fue algo público en la época e incluso llegó a salir en los diarios. El FBI realizó un estudio basado en fotografías mediante el cual se detectaron dichos dobles y se llegó a comentar, aunque no a confirmar, que incluso el 30 de abril, otro “cadáver de Hitler” fue encontrado en la cancillería.

Otro punto importante que puede apoyar esta teoría fue el proyecto presentado en el Congreso norteamericano por el senador Theodore Bilbo el 13 de agosto de 1945, donde se establecía una recompensa de un millón de dólares para “quien capturara con vida a Hitler”…

Basti también incluye en su libro datos sobre la operación Regentröpfchen, que supuestamente fue el plan de evasión diseñado por los nazis en 1944 para evacuar hacia occidente a los hombres – militares, científicos, técnicos – divisas, oro, inventos, desarrollos tecnológicos, etc. Con la finalidad de no dejar nada en manos de los rusos. Y contabiliza en unos veinte a treinta mil los nazis que llegaron a Argentina.

El hotel Edén

Situado en La Falda, Córdoba, Argentina. El hotel Edén fue, desde los inicios de la guerra, un nexo de conexión entre el régimen nazi y sus seguidores en Argentina. Sus dueños durante aquellos años, el matrimonio Eichhorn, nazis confesos y activos,  mantuvieron una relación más que estrecha con el Fürher y los altos mandos en Berlín, recaudando grandes cantidades de dinero para el régimen y ayudando, al final de la guerra, a legalizar la estancia en el país de miles de alemanes exiliados.

Ya en 1935, durante un viaje a Europa de la pareja, el 15 de mayo habían sido recibidos en la Cancillería del Reich y condecorados por el jefe del partido. “Querido camarada Eichhorn”, había dicho un solemne Adolf Hitler ese día. “Desde su ingreso en 1924, usted y su esposa han apoyado al movimiento nacionalsocialista con enorme espíritu de sacrificio y acertada acción, y a mí personalmente, ya que fue su ayuda económica la que me permitió -en el verdadero significado de la palabra- seguir guiando la organización”.

Las sospechas, convertidas en el tiempo en leyenda, de que Hitler pasó una temporada en el hotel de sus amigos se basan en gran parte en la cantidad de testimonios de gente de la Falda que aseguraban haber visto a Hitler en los alrededores del Hotel en más de una ocasión. Entre ellos, una ex empleada del hotel, Catalina Damero, aseguró haber llevado la comida a Hitler a su habitación repetidas veces.

Fuese como fuese, este reducto del nazismo en Argentina no sobrevivió mucho a la caída del régimen, siendo al final expropiado a los Eichhorn y utilizado para diferentes fines hasta caer en el abandono y el olvido.

¿Realidad o leyenda? Pese a que muchos documentos de los servicios de inteligencia de distintos países apuntan a que bien podría ser cierta esta historia, lo cierto es que no existen pruebas certeras que así la apoyen, de modo que probablemente podamos incluir este caso en ese limbo de personajes célebres que la sociedad convierte prácticamente en inmortales y bilocados.

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