¿Un divino aliado o simple fervor colectivo?
A lo largo de la historia hay multitud de batallas en las que soldados afirman ver o tener algún tipo de experiencia paranormal. Una de la más famosas y multitudinarias por el número de testigos y el eco que de ella se hizo, sucedió en la PrimeraGuerraMundial, en 1914 en la región francesa de Mons.
La gran guerra que se libró entre 1914 y 1918 con una repercusión y participación nunca vista y de la que por lo visto no se aprendió demasiado, pues tan triste episodio se repitió años después, además de más de 10 millones de muertos y ciudades arrasadas, también dejó multitud de historias de corte extraño narradas por los soldados, quizás debido al miedo o a la adrenalina en medio del fragor de una batalla.
Algunos de estas historias rápidamente corrieron como la pólvora gastada en las batallas que se libraban, puede que para subir la moral del bando que las contaba o puede que quizás los protagonistas de las mismas vieran algo fuera de lo normal en medio de tanto horror. Una de las más famosa, sino la que más de estas extraordinarias historias es la ocurrida el 26 de agosto de 1914 en Mons.
El ejército británico al mando del general John French, había desembarcado en Francia para luchar en la región de las Ardenas contra el ejército del imperio alemán, bastante más numeroso. El 23 de agosto French tuvo que retirarse tras una violenta batalla con la intención de agruparse y atacar de manera contundente a los alemanes, pero esa noche sus superiores le ordenan replegarse hacia el sur, dejando al descubierto el flanco de su ejército y expuesto a un ataque seguro que causaría multitud de bajas.
Los soldados acatan la orden con resignación sabiendo el peligro que supone esa orden y avanzan en medio del bosque perseguidos de cera por un batallón alemán, cuando una espesa niebla les rodea de repente impidiéndoles ver la salida de aquel bosque. El desanimo comienza a apoderarse de los soldados sabiendo que si no logran salir de allí en unas horas se verán rodeados por el enemigo.
De repente y según los testimonios de varios soldados, aparece un haz de luz brillante de la que surge una alta figura con dos alas largas y blancas, que hace un gesto para que los asombrados testigos le sigan.
Temerosos, se levantan y comienzan a seguir a la imponente figura por una zona que unos minutos antes había sido explorada y donde no habían encontrado ningún camino, es más, el amplio camino que ahora se hallaba antes ellos no figuraba en ninguno de sus mapas.
Pero los alemanes lograron alcanzarles antes de que abandonaran el bosque y cuando los británicos se daban por muertos, los soldados relataron que de la nada, al igual que la misteriosa figura que los había guiado, surgió un extraño ejército cuyos pies no pisaban la tierra, que se interpuso entre ambos bandos haciendo que los caballos germanos salieran huyendo y que el ejercito alemán se retirara ante la fantasmal presencia.
A pesar de prometer mantener silencio sobre los hechos, la curiosidad de la población de querer saber como habían regresado de una muerte segura por parte del enemigo, hizo que poco a poco los hechos comenzaran a ser conocidos por la población y el rumor se extendió rápidamente. Unos decían que quien les había salvado eran los espíritus de los arqueros de otra famosa batalla que se celebró en ese bosque de Angincourt en 1415, pero para la mayoría no había duda, aquellos seres eran Ángeles, de ahí que a esta leyenda se le conozca como “Los Ángeles de Mons”
En septiembre de ese mismo año, un escritor británico llamado Arthur Machen, publicó en diario londinense “Evenig News” el relato que había llegado a sus oídos, desatando la leyenda. En la publicación escribió que era el mismo San Jorge comandando a los arqueros de Angicourt. Días más tarde Machen dijo que la historia era inventada, pero el testimonio de multitud de soldados que estaban ya de regreso secundan la historia en diferentes apariciones públicas. Un oficial relató como los Ángeles les salvaron de una muerte segura al evitar que los alemanes les atacaran, y otro incluso afirmaba como dos jinetes fantasmagóricos les escoltaban hasta llegar sanos y salvos a territorio amigo.
Por supuesto nunca se sabrá si esta leyenda tiene algo de verdad o era solo para levantar la moral de la gente. Tal vez esas visiones fueran causadas por el cansancio, tal vez inventadas pero esos Ángeles llegaron a ser tan reales para la gente como la guerra misma.