Para que San Valentín no te pille en bragas (o sí)

Díselo con un regalo

Si no has tenido suficiente, alma cándida, con Papá Nöel, Los Reyes Magos, el Ratoncito Perez (para quien haya perdido un diente), el amigo invisible, aparte de cumpleaños, santos, onomásticas (que creo que es lo mismo), aniversarios, bodas, bautizos y comuniones, y todavía te quedan ganas de seguir las tradicciones impuestas por los centros comerciales, dinero para gastarte y necesidad de hacer otro puñetero regalo, estás de enhorabuena ¡el 14 de febrero tienes otra excusa estúpida para hacer un regalo! ¡Bien! o mal.

 

A la hora de hacer regalos siempre surgen dudas, “ay, ¿y qué le gustará?”, pues no dudes más porque he diseñado una tabla de regalos basándome en siglos de estudios de los gustos más tradicionales. Si todavía no sabes qué regalar para quedar bien, o qué regalar para no tener que hacer más regalos a esa persona en toda tu vida, yo tengo la solución, voy a compartir con todos mi lista de regalos favoritos.

1. Para aquellas personas que les gusta disfrutar de un baño relajante, es imprescindible la compañía de un simpático patito de goma.

Lo bueno de este patito, es que al enchufarlo y tirarlo dentro de la bañera, electrocuta a quién esté dentro. Este regalo es para aquella persona que no quiera hacer más regalos a su pareja. Nunca más.

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2. Si eres una persona práctica de tu tiempo, y lo tuyo son regalos que valgan para algo, lo mejor es un bocadillo de chorizo, ¿quién te va a rechazar un bocadillo de chorizo?. Pero, para no parecer demasiado ordinario, es recomendable elegir una barra de pan de diseño, ¡como estas baguettes mágicas con semillas de amapola!

Además este regalo tiene el encanto añadido de ” a ver por dónde te empiezas a comer el bocadillo”.

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3. Si tu pareja, con un bocadillo de chorizo no tiene suficiente, porque es de buen comer, lo mejor es una tarta, que además si no la quiere, la guardas en el congelador y te sirve para otras ocasiones, como cumpleaños, visitas de compromiso a casas de amigos, el santo de la abuela, y esas cosas (Si has optado por la opción de congelarla “pa luego”, te recomiendo que no comás tú, a no ser que te pueda la gula o hayas cogido cariño a la Salmonela)

4. Si lo tuyo son los juegos de mesa para compartir, porque no te ha abandonado todavía ese espíritu infantil (ni tus amigos), éste el juego perfecto, porque aunque no tengas con quién jugar, tampoco importa ¿no?

5. Si la víctima del regalo en cuestión es amante de las antigüedades, no está de más que te gastes un poquito de dinero en algún objeto de porcelana estilo rococó. Este regalo es ideal para quedar bien con las suegras o esa tía abuela lejana a la que nunca sabes qué regalar. Un bonito juego de sal y pimienta no puede faltar en ninguna buena mesa.

Si ya quieres que te odien para toda la vida y más, cómprale también el enano, será esa figurita horrorosa que nunca sabes dónde poner,  que nunca te regalan con cariño y la única de toda tu colección de porcelanas que no te rompe el gato.

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6. Si lo tuyo son los regalos hechos por ti, donde se demuestra todo el amor y el cariño que sientes, porque hacer el regalo lleva su tiempo y está claro que no es un pronto de un día, esto es algo sencillito al alcance de cualquier amante de las manualidades.

Es feo, sí, pero ¿y lo que abriga?

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7. Aunque te digan que el tanga es el típico regalo y que no tienes imaginación, no hagas caso, porque ni te imaginas las utilidades que le puedes dar, por ejemplo:

Podrás ganar el primer premio en arrastramiento de cajas de whisky. Práctico a la par que elegante.

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8. Yo, personalmente, prefiero hacer regalos de este tipo, que considero más “entrañables”, más cercanos y con los que tengo la absoluta seguridad de que jamás me olvidarán. Para quién esté interesado me remito a mi ensayo “El noble arte de la amputación”. Gente que esté manejando maquinaria pesada, no lo miren.

Imagen no apta para menores de 99 años.

Consulte con su médico o farmacéutico antes de mirar.

Embarazadas y personas con problemas cervicales, que miren para otro lado.

Churri, tú tampoco mires porque es mi regalo sorpresa.

Mira que lo he advertido…

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