Estigmas coránicos en el cuerpo de un bebé

El bebé de las piernas sagradas

El pequeño en cuestión se llama Ali Yakubov, tiene nueve meses de edad y vive en la remota  región de Dagestán, al sudoeste de Rusia y de mayoría musulmana. Los supuestos estigmas que aparecen en su cuerpo con frases del Corán han desatado la polémica entre fieles y escépticos de la zona.

En un principio, la familia –que se define como “no muy religiosa”- pensó que se trataban de marcas de nacimiento, pero luego notaron que eran letras en árabe y hasta se podían leer párrafos completos del Corán.

Aunque habían decidido mantener oculto el fenómeno, cambiaron de parecer cuando un mensaje en la pierna del niño los instó a mostrar “estas palabras a la gente”. Los versículos aparecen en los miembros inferiores del bebé cada dos días, cuando frases nuevas reemplazan a las viejas.

Los padres afirman que la noche anterior a que ocurra, el niño llora constantemente y tiene fiebre. Las frases aparecen en la mañana y el niño se calma. “(Alí) no duerme la noche anterior a que pase. Él sufre mucho”, aseguró Madina Yakubov, madre del bebé.

Varios organismos de protección de la infancia alertan sobre un posible fraude de los padres. “Sustancias como la pimienta o la sal pueden producir ese tipo de reacciones en la piel”, aseguró Lyudmila Luss, del instituto ruso de Inmunología, quien sostiene que las frases pueden hacerse químicamente.

Por su parte, Ismail Berdyev, vocero de la iglesia musulmana del Cáucaso norte cree que estos signos son palabras enviadas de Alá destinada a aquellos “que no creen en la religión”.

“Deben verlo todos. Estas son las palabras de Dios. Nosotros, los musulmanes, lo comprendemos. Deben comprenderlo también los escépticos”, declaró Berdyev.

Hasta el momento, los padres de Alí se negaron a realizar estudios dermatológicos, en tanto que medios rusos afirman que el pequeño nació con una enfermedad coronaria y parálisis cerebral espástica, pero cuando comenzaron a aparecer los “signos” se recuperó milagrosamente.

Mientras tanto, el pueblo donde vive el nene se transformó en un centro de peregrinaje de miles de musulmanes de Dagestán y otras repúblicas vecinas de esa religión. Se sacan fotos con él y se llevan ropas como elemento sagrado. A cambio, le regalan otras nuevas, aseguró Madina, la madre.

Y me pregunto yo… Las autoridades dudan de si todo esto es un fraude o no. ¿No pueden simplemente obligar a que los padres dejen hacer esas pruebas dermatológicas?

Sin duda estamos ante un milagro, que es el que estos padres no estén todavía entre rejas. Lugar en el que estarían sin duda alguna, de habérseles ocurrido hacer esta majadería con su hijo en algún país más civilizado, porque personalmente, no tengo ninguna duda de que esto tan solo es otro resultado aberrante de los fantatismos.

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