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El Tsuchinoko (ツチノコo槌の子), es una serpiente legendaria de Japón. El nombre tsuchinoko suele ser usado en el oeste de Japón, incluyendo Kansai y Shikoku, la criatura se conoce como Bachi hebi (バチヘビ) en el noreste de Japón.
Las primeras apariciones de este ser criptido se remonta a unos dibujos en una cerámica del periodo Jomon descubiertos en Gifu y Nagano. Una enciclopedia del Periodo Edo contiene una descripción del Tsuchinoko bajo el nombre del Yatsui Hebi. También se pueden encontrar referencias en el Kojiki.
El Tsuchinoko se describe como de entre 30 y 80 centímetros de longitud, de aspecto similar a una serpiente, pero con un grosor central que es mucho más amplio que su cabeza o la cola, y los colmillos y el veneno con similares a los de una víbora. Algunos relatos describen también el tsuchinoko como un ser capaz de saltar hasta un metro de distancia.
Según la leyenda, algunos Tsuchinoko tienen la capacidad de hablar y una propensión a la mentira, así como el gusto por el alcohol. La leyenda también registra que a veces se traga su propia cola de modo que puede rodar como un aro, similar a la igualmente mítica Serpiente Hoop.
os avistamientos y encuentros con el mítico Tsuchinoko se han dado en todo Japón, aunque ninguno se ha capturado nunca y el espécimen no está catalogado por la ciencia. La criatura se convierte por temporadas en una obsesión para criptozoologos japoneses que incluso han llegado a dar recompensas por la captura de uno de estos seres. Aunque lo único que han conseguido por el momento es que la gente les lleve pequeñas serpientes que tras ingerir algún pequeño animal se pueden asimilar vagamente al Tsuchinoko.
Últimamente ha aparecido una extraña oruga que tiene una apariencia similar, no se sabe mucho de ella todavía, pero los expertos dicen que su aspecto serpentil es un modo de defensa y protección.
De modo que ya saben, si viajan a Japón y encuentran uno de estos bichos, quizás les salga el viaje gratis.