Charles Manson
Helter Skelter es el nombre de un tobogán en espiral que se puede encontrar en los parques de atracciones británicos. Es también el nombre de la canción más larga de los Beatles, compuesta por Paul Mc Cartney y editada en el Álbum Blanco del grupo en 1968. La expresión puede traducirse también como “desorden”, “desbandada” o “descontrol”. En las ediciones en castellano figura como “a troche y moche” y su letra puede ser interpretada como un “viaje alucinógeno” en uno de estos tobaganes. El título de la canción apareció escrito con sangre en la escena de uno de los crímenes más violentos y enigmáticos cometidos en el verano de 1969 en una zona cercana a Los Ángeles, en California.
Charles Manson nació el 12 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Ohio. Fue hijo no deseado de una prostituta alcohólica de 16 años llamada Kathleen Maddox. El propio Manson llegó a contar de su madre, que era una ladrona que en una ocasión lo vendió a una camarera por una jarra de cerveza. Su madre acostumbraba a desaparecer largas temporadas de casa y lo dejaba a cargo de su abuela o de su tía, una iluminada que decía conocer la voluntad de Dios. A los 9 años fue arrestado por robo de coches y enviado a un reformatorio, este episodio se repitió en innumerables ocasiones hasta que entró por primera vez en la cárcel con 19 años. En la calle descubrió pronto el alcohol y las drogas, lo que le llevaron a adquirir actitudes antisociales incurriendo en la delincuencia a muy temprana edad. Estuvo en prisión por diversos delitos a lo largo de los años 50, principalmente por robos, estafas, delitos relacionados con la prostitución y violaciones homosexuales. Pasó gran parte de esos años y casi la totalidad de la década siguiente en la cárcel. En 1967 terminó de cumplir sus condenas y se fue a vivir a San Francisco para crear un grupo llamado “La Familia”, con varios jóvenes desarraigados y desencantados con el sistema, la mayoría chicas, que veían en el LSD y en las arengas apocalípticas de Manson la forma de llenar sus vidas improductivas. Sus allegados decían que él mismo se autoproclamó la reencarnación de Satanás, Jesús y Dios, influenciado por sus lecturas carcelarias de la Biblia, libros de religiones orientales y su gusto por la música innovadora de la época. Con ellos se trasladó a Los Ángeles a vivir en el rancho de un anciano, que les ofreció hospedaje a cambio de que hicieran las tareas domésticas, aunque Manson nunca colaboró. Los cuatro Beatles eran para Manson los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y siempre deseó convertirse en el quinto integrante del grupo e interpretó la canción “Helter Skelter” como la guerra racial entre negros y blancos que, según él, se avecinaba. Vencerían los negros, quienes matarían a todos los blancos, pero al considerarse incapaces de gestionar el mundo, acudirían a “La Familia”, que antes de la hecatombe se habría escondido en una ciudad subterránea llamada “Agartha”, construida a través de un túnel subterráneo en el desierto y cuyos miembros se habrían multiplicado hasta ser 144.000, convirtiéndose en los amos del nuevo orden mundial al aniquilar a los negros.
Un integrante del grupo musical Beach Boys convivió durante un tiempo con “La Familia” y Manson intentó a través de él que un productor editara algunas de las canciones que él mismo componía y cantaba, pero el “Beach Boy” rompió la relación con ellos al observar sus extrañas conductas . Manson, sintiéndose frustrado, decidió visitar al productor musical, que era hijo de la actriz Doris Day, en su domicilio, pero fue expulsado en el jardín por un hombre y una mujer desconocidos para él. La mujer era la joven y hermosa actriz Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polansky, nuevos propietarios de la casa, que la habían comprado al productor musical. La creciente frustración, el rencor y la humillación sufrida hicieron que el viernes 8 de agosto de 1969 Manson ordenara la ejecución de todas las personas que se encontrasen en la casa. Para ello envió a Susan Atkins, Patricia Krenwinkel, Leslie Van Heuten y Tex Watson, todos ellos miembros de su “familia”.
Aunque Manson sólo los acompañó en el coche, éstos cuatro asesinaron de 102 puñaladas en total a las cinco víctimas presentes en la casa: un hombre que salía de ella en su coche y cuatro que estaban dentro: Sharon Tate, embarazada de ocho meses y tres amigos. Su esposo, Roman Polansky, por aquellos días se encontraba trabajando en Londres. Los torturaron, insultaron y apuñalaron, siendo Tate la última en morir a manos de Susan Atkins, quien la apuñaló varias veces en su vientre y luego la ató al cuerpo de uno de sus amigos, que era un antiguo novio y los colgó como ahorcados de una viga del techo. Con su sangre escribieron la palabra “cerdos” en una pared.
Al descubrirse la masacre de la casa de Polansky, los sucesos fueron interpretados como un ritual satánico o una guerra de traficantes de drogas. La Policía comenzó a detener a hippies y entre ellos capturaron a Susan Atkins y la acusaron de haber matado, la semana anterior, a su profesor de música. Más adelante, en la cárcel, Atkins le contó a su compañera de celda que había asesinado a Sharon Tate. La presa se lo dijo a los guardias y el 3 de diciembre, anunciaron que las masacres estaban resueltas. El fiscal Vincent Bugliosi nunca pudo probar la participación de Manson en las muertes, pero el testimonio de Atkins lo implicó como “autor intelectual”. Fue sentenciado a pena de muerte, aunque al abolirse ésta en California, sigue cumpliendo cadena perpetua.