China, 1970, el mundo convulsionado por el socialismo y el comunismo y aún recuperándose de esas terribles guerras mundiales que, queramos o no, siempre estarán en nuestras memorias. La tensión en estos tiempos era aplastante, los países se volvían locos por obtener armamento nuclear en secreto y se empezaban a desarrollar o a mejorar las armas bacteriológica
Todo parecía indicar una tercera guerra mundial, las relaciones entre los países era cada vez más ofensiva que diplomática. Siendo Rusia en ese entonces la antigua unión soviética esta amenazaba a medio mundo con su poderío militar dominados por las malversadas ideas de sus líderes y entonces en la China bajo el mando de Mao Tse Tung se decide lanzar un proyecto de gran ambición arquitectónica como prevención ante un posible conflicto nuclear: “La ciudad bajo tierra” ó (地下城)(Dìxià Chéng) codificado 131 y creado con propósitos de salvaguardar a la población y como refugio anti bombas. Concebido como una compleja red de túneles bajo Beijing se diseño para albergar a los entonces seis millones de habitantes de la época bajo esta ciudad, sin embargo, este no fue su único propósito ya que en algunos puntos se instalaron puestos militares siendo una especie de último bastión de defensa y ataque.
De un diámetro aproximado de 85 kilómetros a la redonda y bajo aproximadamente 8 a 18 metros bajo tierra, se instalaron también 90 entradas por todo Quiamen y Chongwen, distritos de Beijing, ocultos en negocios y tiendas para no levantar sospechas de que semejante obra se llevaba acabo. Como se mencionó, diseñado para soportar conflictos convencionales o nucleares. Esta compleja red se diseño pensando y posteriormente construyendo: Restaurante, colegios, hospitales, fábricas, graneros, granjas todas estas estructuras muy bien ventiladas mediante una especie de túneles que se cerrarían herméticamente en caso de algún conflicto nuclear o químico en tierra. Se diseñaron también puertas de concreto para evitar “escapes” y/o inundaciones o cualquier otra clase de evento en el que sea necesario cerrar estás puertas. Aunque muchos de estos datos tal vez dejan cortos algunos testimonios de personas que han recorrido está ciudad dejando entrever que muchas entradas se conectan con los lugares más importantes de la capital china tales como son: Plaza Tiananmen, el Templo del cielo, la ciudad prohibida y las colinas del oeste.
No se sabe tampoco a ciencia cierta si el proyecto fue culminado o dejado a medio construir. Paradójicamente, tampoco fue al parecer utilizado. En caso de que si sucediera realmente un ataque parece ser que la mitad de la población de Beijing iriá a esta ciudad y la otra mitad a las colinas de oeste donde, al parecer, también parecen existir refugios nucleares. Como dato curioso incluso parece ser que también algunas entradas se conectan a los hogares de la gente con más poder económico y político de esa época en Beijing.
Construído con una fuerza obrera de aproximadamente 300,000 ciudadanos chinos de diferente procedencias. Reclutados sin ningún orden ni concierto, no dudo que muchos hayan muerto en la construcción, como deja evidencia histórica muchos proyectos de semejante naturaleza a lo largo de la historia. Varias entradas antiguas se demolieron para poder dar paso a la inmensa cantidad de material necesario para esta obra.
Hoy, 2010, y con algunos datos que sugieren de que Beijing se hunde literalmente y creo que ya sabemos porqué. Esta obra ha sido olvidada a tal punto que muchos ciudadanos de Beijing ni siquiera saben de su existencia. Como muchos suponen, fue utilizado con fines no necesariamente humanitarios en caso de una guerra. Se sabe que fue utilizado como prostíbulo, hotel y sólo dios sabe que más.
El gobierno chino reabrió las puertas de este complejo el año 2000 y con entrada libre y restringida a sólo algunas áreas y posteriormente cerrado de nuevo el 2008. Hoy se puede acceder, no necesariamente de manera legal, por 2.50 dólares (20 yuans) en las que a duras penas por la pésima o nula iluminación se observan vestigios de semejante obra. Hay incluso una fábrica de seda aún operativa en este complejo, carteles con propagandas políticas y militares de esa época, dormitorios con camas y purificadores de agua ya oxidados por el paso del tiempo. Poco a poco el tiempo y la frágil mente de las personas le están pasando factura a este lugar. Como reflexión final y como siempre se ha dicho, el poder vuelve ciegos a los hombres y estos se ahogan en sus sueños. Aún hoy, no creo que ningún movimiento armado o violento tenga la razón en sus acciones y menos si estos involucran en sus asuntos con las personas que sólo desean vivir en paz. Creo que para realizar cualquier acción o comentario hay que reflexionar muy bien primero sobre este, ya que una simple palabra o pensamiento puede cambiar el curso de todo.