Para todo hay museos, hasta para los delincuentes. Y ese es el caso del museo del delito, o mejor, del crimen.
La ciudad de Viena tiene miles de monumentos maravillosos que visitar, pero perderte por sus callejuelas puede darte alguna sorpresa, como el museo de la historia criminal de la ciudad, que presume de ser la más segura de Europa, el Wiener Kriminalmuseum, también conocido como Museum der Bundespolizeidirektion Wien, o Museo de la Dirección Federal de la Policía de Viena, ya que en él se guardan los fondos de ésta misma, con la colección de crímenes más impactantes y sangrientos de la historia de la ciudad.
No es un museo muy grande, poca gente se da cuenta al pasar que en los sótanos de una pequeña casita típica de un típico barrio te puedes encontrar con estrechas salas en las que aparecen cráneos de asesinos (los que llevaron en vida), asesinados, cabezas momificadas y bonitas fotografías de cuerpos decuartizados, incluyendo el ajuar (el hacha, la cesta donde se escondieron los miembros, la ropa ensangrentada…).
No permiten hacer fotografías porque todo lo expuesto son cesiones de los archivos policiales y su divulgación está protegida por la ley, pero sí te dejan echar una ojeada. Así que los morbosillos tendrán que pagarse un billete de avión a Viena (por estas fechas está más preciosa si cabe) y verlo en el propio lugar.
Nada más entrar en lo que parece un museo cualquiera de folklore autóctono, te recibe y cobra la entrada una típica y recia mujer de los Alpes que más que la bienvenida parece que te va a dar una bofetada (al menos fue lo que vi durante mi visita), dentro no hay trajes típicos, sino por poner un ejemplo la fotografía a tamaño natural y a todo color de una mujer cortada por la mitad y una vitrina con la cesta en la que la encontraron. Puedes apreciar claramente que entera no cabía.
Como documentos gráficos no tengo, os contaré la experiencia de mi visita. La tengo memorizada, me pasé tres cuartos de hora delante de cada vitrina y la amable señora me tuvo que echar a la hora del cierre.
En el año 1898 se celebró una gran exposición en el área denominada como la Rotonda de Viena ( hoy Centro de Exposiciones del Prater) en ocasión del aniversario del gobierno de Kaiser Francisco José en el que debía presentarse el rendimiento en todas las profesiones del imperio austrohúngaro. Un pabellón de exposiciones fue dedicado a la policía vienesa, que no sólo ocupaba un lugar destacado por la curiosidad que despertaba, sino que ofreció todo un enfoque en el campo de la aplicación de la ley. No sólo los innumerables visitantes del pabellón quedaron profundamente impresionados por la exposición y especialmente por la labor de la policía, sino también el propio emperador, que se lamentó con el final de la exposición de la Rotonda, ya que la historia de la policía no sería ya más conocida por el público. A los pocos meses, el emperador creo un estatuto para el establecimiento de un museo de la policía criminal, que fue creado en 1899.
Recursos externos de imágenes para los morbosillos.