El Van Helsing del siglo XXI.
A lo largo de la historia ha habido diversos casos de vampirismo y de gente que supuestamente ha visto y perseguido a estos seres. Uno de los casos más espectaculares ocurrió en 1970 en Londres, y su protagonista, un particular “Van Helsing”, llamado Sean Manchester, que en la actualidad dice haber acabado con más de 30 vampiros, encabezó esa noche una peculiar cacería.
En el norte de Londres, se encuentra el cementerio de Highgate, considerado bien cultural y que alberga las tumbas de personajes ilustres como Karl Marx o la familia de Dickens. Este camposanto es un lugar de peregrinación turística por su belleza, ya que alterna una zona boscosa con fauna semi-salvaje y unas grandes avenidas con mausoleos góticos muy llamativos. Ya hablamos de este cementerio aqui.
Pero no solo por su belleza acuden los turistas, también lo hacen atraídos por los macabros hechos que allí ocurrieron la noche del 13 de marzo de 1970, y es que en este cementerio se produjo el suceso vampírico más famoso del último siglo.
Los hechos se remontan 3 años atrás, a 1967, cuando una pareja relató que había visto salir de sus tumbas a varios muertos. El fenómeno fue creciendo, así como los casos de supuestos testigos que habían visto algo similar. El 7 de marzo de 1970 tres niños descubrieron el cadáver decapitado de una mujer que había sido enterrada en 1926. Televisiones como la Thames, o la BBCcontribuyeron a extender el fenómeno, y esta vorágine desencadenó que el 13 de marzo del 70, el cementerio de Highgate, se viera invadido por una multitud de personas frenéticas y armadas que pretendían dar caza a los vampiros del lugar sin que la policía pudiera frenarlos. Los que se acercaban a curiosear acababan invadidos por esa euforia y el grupo se hizo incontrolable.
Los encabezaba un extraño personaje llamado Sean Manchester, autonombrado Obispo de Glastonbury Superior General dela Orden OrdoSancti Graal, además de ser fundador dela Sociedad Sacerdotaldela Preciosísima Sangre, y que se consideraba a sí mismo el Van Helsing del siglo XXI y descendiente de lord Byron.
En el libro publicado por él, y titulado “El vampiro de Highgate”, Manchester narra en primera persona lo que ocurrió aquella extraña noche cuando atravesaron las puertas del cementerio para dar caza al vampiro que creían moraba en el interior:
Reinaba la oscuridad y una horrible pestilencia asaltaba nuestras fosas nasales. Las plataformas soportaban un gran número de ataúdes carcomidos. Me tome la molestia de contarlos y observe, después de comparar su numero con las inscripciones fúnebres de la fachada, que había uno de mas. Pero ¿cual era? Advertí un sarcófago situado a ras de suelo, al fondo de la gruta; estaba mejor conservado que el resto y no tenia marca alguna de la identidad de su ocupante.
Después de acercarnos con extrema prudencia, y el corazón encogido, levantamos la tapa. No estaba vacío, había un cuerpo que no parecía ni vivo ni muerto. Desconcertados, contemplamos durante unos instantes interminables aquel espectáculo que desafiaba toda explicación lógica. Uno de mis acólitos comento, rompiendo el silencio, que no llevaba mucho tiempo muerto. Pero la gruta tenia mas de un siglo y no había acogido recientemente a ningún difunto.
Apenas hubo pronunciado estas palabras, esgrimí una estaca de madera de álamo, cuya punta sitúe en el flanco izquierdo del cuerpo, entre la séptima y la octava costilla. El sol se estaba poniendo. Con un fervor aun mayor, me puse a exclamar las formulas de exorcismo que retumbaron contra las paredes de la gruta: ¡Avanza, ser pérfido, portador de todos los males y de todas las falsedades, enemigo de la virtud, perseguidor de los inocentes! ¡Cede tu lugar, viciosa criatura! ¡Cede tu lugar, espíritu maligno! ¡Cede tu lugar al Cristo!.
Poco después, se elevo de las tumbas un sordo fragor, acompañado de poderosas y profundas vibraciones. Atemorizada, Luisa soltóla Bibliaque sostenía. Uno de mis ayudantes la retuvo en el instante en que se disponía a salir del círculo. El crepúsculo se cernía sobre nosotros.
Blandiendo el gran crucifijo que empuñaba con la mano derecha, exclame: ¡Vete, horrible demonio! ¡Regresa con los tuyos y no vuelvas jamás a atormentar a los hijos de Dios Todopoderoso!. Dicho esto, lancé la cruz con todas mis fuerzas a las tinieblas de la gruta. Tan solo el silencio me respondió. Permanecimos durante largo tiempo envueltos por ese silencio de mármol, sin osar movernos. Finalmente anuncie que todo había concluido y pudimos partir.
Al recogerla Biblialanzada por Luisa, observe que había caído abierta por una pagina del Deuteronomio. Mis ojos se deslizaron sobre las palabras: “Asegúrate solamente de que no comerás sangre, pues la sangre es la vida…” (Capitulo 12, versículo 23).
Siguiendo nuestra recomendación, tapiaron con ladrillos y cemento la entrada de la gruta.” .
Manchester hizo al cadáver, lo que él llama “Técnica antigua de extermino vampirico”, consistente en clavar la estaca es el corazón, para después cortar la cabeza, rociar el cuerpo con agua bendita, introducir una hostia en la boca y después quemar los restos.
A pesar de encontrar el cuerpo con estas prácticas, Manchester no fue procesado, y siguió con estas prácticas por varios cementerios de Inglaterra. En una entrevista realizada en 1985, se jactaba de haber acabado con 30 vampiros siguiendo su curioso ritual.
Actualmente, Manchester continúa su actividad, e incluso tiene imitadores como el caso de David Farrant, que se dedica a dirigir cacerías por el cementerio cada cierto tiempo.
Por si el tema os interesa, en este enlace os dejo una entrevista realizada por la web de la BBC, donde varios internautas formulan a Manchester preguntas sobre su profesión que no tienen desperdicio. (aquí)