Criptozoología en el folclore japonés
Hoy os traigo una serie de pequeñas reliquias de lo más curiosas. Se trata de sirenas, dragones y otros seres mitológicos que durante el siglo XVIII, XIX y principios del XX eran exhibidos en ferias ambulantes y circos para el asombro, previo pago, de la muchedumbre que acudía en masa a contemplar a estas momias legendarias.
Su origen se remonta al Japón del siglo XVIII, por allí circulaban unas ferias ambulantes conocidas como “misemono”, que ofrecían espectáculos, artesanía popular o acróbatas y que, en algunos casos, mostraban otros atractivos como la exhibición de supuestas sirenas.
Estas sirenas, o mejor dicho “sirenos”, porque muchas eran de sexo masculino, fueron creadas artesanalmente por los pescadores japoneses, que uniendo una serie de técnicas cosían la parte superior de un mono con la parte inferior de un pez, tras esto venía el proceso de disecado o taxidermia, consiguiendo con el tiempo y la perfección de las técnicas creaciones verdaderamente espectaculares.
Al principio, estas creaciones se hacían para los mencionados “misemonos”, pero no se tardó en ampliar el negocio para ser vendidas a los marineros que llegaban a Japón y que, en su ignorancia, pensaban que compraban verdaderas reliquias de sirenas reales. De este modo, las reliquias comenzaron a circular por Europa y Estados Unidos del mismo modo que en Japón, exhibiéndose a bombo y platillo en los mejores circos del momento.
La criatura momificada de la fotografía superior fue obtenida por Jan Cock Blomhoff mientras trabajaba como director de Dejima, la colonia comercial holandesa en el puerto de Nagasaki desde 1817 hasta 1824. En la actualidad reside en el Museo Nacional de Etnología de Leiden.
La más conocida fue la Sirena de Fidji, que fue mostrada en el famoso circo Barnum y que fue creada por pescador japonés alrededor del año 1810. Durante este siglo, las copias de estas sirenas proliferaron gradualmente hasta llegar a un punto en el que cualquier aventurero que se preciara tenía una sirena sobre su chimenea.
Con el paso del tiempo la gente perdió poco a poco el interés y su exhibición dejó de ser un negocio. Las sirenas y los dragones, comenzaron a desaparecer hasta nuestros días, en las que tan solo unas pocas se conservan en museos y en algunos templos de Japón.
En el templo de Zuiryuki, en Osaka, se conserva una de estas momias que fue cedida al templo como ofrenda por un comerciante de la zona de Sakai en 1682. En este mismo templo también se pueden encontrar las momias de Kappa y la de un pequeño dragón.
Otra momia de sirena momificada se encuentra en el templo Myouchi, en la ciudad de Kashiwazaki. Esta sirena de de unos 30 centímetros de largo recuerda un poco a la obra “El grito” de Munch. Esta pose, con las manos cerca de las mejillas, fue bastante común durante mucho tiempo.
La siguiente momia se conserva en el templo de Kurakayado, en la ciudad de Hashimoto. Esta mide unos 50 centímetros y tiene la peculiaridad de que de su boca abierta sobresalen dos largos colmillos, también, como la anterior, tiene las manos en las mejillas. En su cola todavía son visibles las escamas y en el pecho tiene dos protuberancias parecidas a pechos.
La siguiente imagen muestra una sirena momificada que está en posesión de una secta sintoísta con sede en la ciudad de Fujinomiya, cerca de la base del monte Fuji. Pese a que en la foto no se aprecia, está es de tamaño real y mide unos 170 centímetros. Dicen que tiene unos 1400 años de antigüedad, con lo cual es la más grande y la más antigua de las que se conservan en Japón. La momia tiene una cabeza inusualmente grande y calva, a excepción de algunos cabellos que crecen desde su frente hacia su nariz, tienes los ojos y la boca abierta y sus manos son palmeadas y con garras afiladas. La parte inferior tiene una estructura ósea similar a la de un pez, pero no está claro si la parte superior del cuerpo tiene estructura ósea. Todo el cuerpo muestra signos de haber sido atacado por las polillas en un tiempo indefinido. Algunas leyendas cuentan que ésta es real y que el resto fueron apareciendo más tarde para emularla.
Una leyenda sobre esta sirena cuenta que el Príncipe Shotoku, paseaba por las orillas del lago Biwa, cuando se encontró a la extraña bestia que le contó cómo se había transformado en sirena como castigo por pescar en las cercanías de un santuario. La sirena había soportado su pena y entendido su castigo y que ya estaba preparada para pasar al otro mundo. Como último deseo antes de morir, le pidió al príncipe que construyera un templo y utilizara su cuerpo como pieza central, donde podría ser utilizado para educar a la gente acerca de la santidad de la vida. La sirena murió y el príncipe construyó el templo como ella había solicitado. Más tarde, por una serie de extraños sucesos la sirena pasó a otro templo y a lo largo de los años, fue cambiando varias veces hasta acabar en su ubicación actual a los pies del monte Fuji…
Existe otro templo, conocido como “templo de la sirena”, en la prefectura de Shiga, que se precia de ser el templo original establecido por el príncipe Shotoku a petición de la sirena. En el templo conservan una pequeña sirena de 50 centímetros, pero por el momento no hay fotos ni mucha información.
Otra momia de sirena antigua exhibida en un museo en Tokio desde hace varios años, parece pertenecer al fundador del Museo de Agricultura Harano.
El origen de la momia es desconocido, pero el coleccionista dice que fue encontrada en una caja de madera que contenía pasajes de un sutra budista escrito en sánscrito. También en la caja había una fotografía de la sirena y una nota afirmando que pertenecía a un hombre de la prefectura de Wakayama.
Para terminar con las sirenas, algunos bocetos dibujados por Kesuke Ito, un estudioso que vivió en el siglo XIX y que tocó varios palos en las disciplinas científicas. Entre muchas cosas desempeñó un papel fundamental en la introducción de la medicina occidental en Japón y ayudó a crear la que hoy es conocida como Universidad de Nagoya. También estableció un método de vacunación contra la viruela. Gran aficionado a la botánica y a los animales, durante sus muchos viajes por el país creó una serie de bocetos con todo lo que iba encontrando, curiosamente, entre sus plantas y animales se pueden encontrar seres fantásticos de diversa índole. Algunos son claros dibujos de estas sirenas momificadas de las que hemos hablado, otros… no se sabe muy bien de donde salieron.
Pero no todo son sirenas momificadas en Japón, también podemos encontrar las momias Kappa. Las Kappa, también llamadas Gataro o Kawako, son unas criaturas mitológicas del folclore japonés que viven en los lagos.
Los kappa suelen representarse como pequeños humanoides con forma de rana del tamaño de un niño. La cara tiene aspecto de tortuga y en muchas ocasiones es dibujado con un caparazón en la espalda.
Al igual que las momias de las sirenas, muchas momias kappa se cree que fueron elaboradas por artistas del período Edo utilizando partes de animales que van desde los monos y lechuzas a rayas.
Este kappa momificado, que ahora reside en un museo holandés, parece consistir en varias partes de animales juntos en un todo sin fisuras.