Nella Jones, profesión: detective psíquica.

¿Casualidad?

1975, Yorkshire (Reino Unido), en las últimas semanas varias mujeres han sido asesinadas por el que comienza a conocerse como “el nuevo Jack el destripador”. Su proceder es macabro; golpea la cabeza de sus víctimas con un martillo y luego trocea los restos a conciencia. La policía no encuentra pistas ni pautas de comportamiento que lleven hasta el criminal y las víctimas, cada pocos meses, continúan apareciendo en lugares dispares.Aparece en escena Nella Jones, mujer que asegura tener ciertas capacidades psíquicas y que, gracias a la telemetría, que es una técnica consistente en percibir detalles de un crimen gracias a una fotografía o una prenda de ropa de la víctima, indica que podría aportar pistas sobre el asesino para su apresamiento. La policía, desesperada por la falta de indicios sobre el autor de los crímenes, acepta la ayuda de Nella Jones.

Jones fue sometida a dos pruebas de control severas. Por un lado, varios periodistas siguieron de cerca todas sus aportaciones. También lo hizo un equipo de policías, que fiscalizaba la insólita labor de los otros agentes de Yorkshire encargados de la misión. Gracias a su supuesto sexto sentido, la paragnosta ofreció una serie de datos sobre el culpable que fueron expuestos entre octubre y diciembre de 1979.

Examinando los datos que Jones había aportado la policía realizó una investigación exhaustiva, pero que al final no les sirvió para nada. Las visiones de Jones no derivaron en éxito policial alguno y su colaboración con los detectives se dio por concluida. En resumen, un sonoro fracaso de la detective psíquica.

Pero demos un pequeño repaso a lo que Nella anunció a finales de 1979 sobre este caso.

Señaló que había conseguido tener flashes sobre el aspecto del asesino e incluso llegó a realizar retratos robot. Dijo que el destripador respondía al nombre de Peter y aseguró que en algunas ocasiones lo veía conduciendo un camión de transporte. También dijo que las iniciales de la empresa propietaria del camión eran C y T. Además dijo que lo vio entrando en una vivienda que podría ser su domicilio. No logró ver más que el número del portal, el “6”, además, por el aspecto de la calle indicó que podría tratarse de la localidad vecina, Bradford.

Todos estos datos quedaron recogidos en esas fechas en la Revista  Científica de la Policía, que publicó un artículo con un desglose y una valoración de su validez en Londres.

Meses después, el 2 de enero de 1980, un agente de policía, Bob Ring, localizó un coche robado y decidió seguirlo. Al llegar a su casa el ladrón fue detenido y al inspeccionar su casa encontraron ciertos indicios sospechoso como cuchillos ensangrentados y un martillo que coincidía con el usado contra las víctimas.

Ya en comisaría, el detenido confesó que era el asesino en serie buscado y dio pruebas de ello relatando detalles sobre los 13 asesinatos que había cometido.

La detención del culpable se dio por pura casualidad, pero la prensa no tardó en recriminar a la policía, tirando de nuevo del informe de Nella Jones, su total ineficacia ya que los aciertos que esta mujer había hecho eran de lo más sorprendentes.

El asesino se llamaba Peter Sutcliffe y, efectivamente, conducía un camión. Peter trabajaba para Clark Transport, iniciales que Nella había acertado también. Y curiosamente, Peter vivía en el número 6  de la calle Gardem Lake, de Bradford¡¡

La detective psíquica había acertado en casi todas sus predicciones, aunque en este caso los detectives no supieron darles buen uso. Curioso ¿Verdad?

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