Hay gente que va todo el año disfrazada (como yo), pero otros prefieren ponerse cosas raras de ropa en fechas determinadas. Como yo para esto de los disfraces no tengo mucha imaginación, siempre me descubren, (es lo que tiene ir de ti misma), pues me he documentado a fondo y he encontrado a otras personas que tienen menos idea que yo, pero por lo menos se lo curran, que ya es algo.
Si te han invitado a una de esas fiestas entre amigos en la que te obligan a disfrazarte, y no quieres pensar, ahí van unas ideas.
Disfrázate de Perroflauta. Esos simpáticos chavales que con una flauta que siempre suena igual y un mini de kalimocho, te piden una monedita. El disfraz te sale barato, y si cuela, te puedes sacar “aunque sea un centimillo, morena”
Si además tienes perro, ¡el complemento ideal!. Hasta puedes disfrazar a tu mejor amigo, que ahora está me moda eso de vestir a los pobres bichitos. Con este disfraz, ¡qué, alegría, qué alboroto, tendrás un perrito piloto!.