Películas malditas: los fotogramas del mal.
Existe un numeroso grupo de películas catalogadas como “malditas”, aquellas en las que se dan una serie de circunstancias que propician hechos terribles que marcan para siempre lo que debería ser un tiempo de ocio, a saber: fallecimientos inesperados, asesinatos, largas y penosas enfermedades, sustos, accidentes…
A continuación se resumen un grupo reducido de ellas, sólo las que concentran un mayor número de sucesos tristes y/o terribles, pero hay muchas más.
Tal vez la más conocida por todos dentro de esta categoría maldita. Está en conocimiento de muchos que la pequeña y adorable Carol Anne (si, la que debía ir hacia la luz), interpretada por Heather Michele O’Rourk falleció a los 12 años de edad, durante el rodaje de la tercera entrega por los padecimientos de una larga enfermedad de nacimiento que, casualmente, es muy común: la enfermedad de Crohn. Ésta le produjo una gravísima oclusión intestinal que le provocó un paro cardíaco y un shock séptico.
Por otro lado, tenemos a la hermana mayor de Carol Anne, Danna (interpretada por Dominique Dunne), que también falleció, pero esta vez no por enfermedad sino asesinada por su ex novio, un joven con problemas psicológicos que no superó que le abandonara y decidió estrangularla cuando ésta contaba con sólo 22 añitos de edad.
También el actor Will Sampson, que interpretaba al chamán de la segunda entrega, falleció durante un transplante de corazón y riñón a causa de un agresivo y rápido cáncer que desarrollo durante el rodaje.
Y por último, el maléfico sacerdote Kane, interpretado por Julian Beck, que falleció también al finalizar el rodaje de la segunda entrega por cáncer.
Como curiosidad, diré que en la segunda entrega se utilizaron esqueletos reales en algunas escenas, lo que puede aclarar que alguien en el más allá estuviese un poquito cabreado y propiciara los fatales desenlaces. El caso es que la productora decidió realizar un exorcismo del set de rodaje antes de la tercera entrega. Mas vale prevenir…
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En la década de los noventa un joven y bien parecido Brandon Lee debuta en el cine de hollywood llevándose las mejores críticas y un contrato para filmar tres películas de acción más que le reportarán una sustanciosa suma de dinero. La primera de estas películas es una oscura versión del cómic de John Wagner, Alexander Maleev y James O’Barr: The Crow. Una peli de acción con efectos especiales, estética gótica y trasfondo romántico. Casi todo el rodaje está plagado de accidentes del personal del cuerpo técnico, uno de ellos de especial importancia, donde uno de los carpinteros del set se electrocuta unas horas antes del inicio del rodaje. Aunque el suceso más trágico se produce, durante el rodaje de la escena en la que Eric Draven (el personaje interpretado por Lee), entra en casa para encontrarse con la dantesca escena de los malos abusando de su novia. En ese momento uno de los maleantes, Funboy (Michael Massee) dispara por la espalda al prota. Como ha quedado explicado en numerosos documentales, se rodó primero la escena de frente en la que se graba el disparo (con bala real) saliendo por el cañon de la pistola. Esto se suele hacer así para grabar el fogonazo y darle más dramatismo a la escena. Seguidamente se cargó de nuevo la pistola sin comprobar el cañon, donde había quedado alojada la cabeza de la bala, cosa que ocurre una de cada millonésima vez. Al dispararse la bala de fogueo en la siguiente escena, ya con Brandon Lee de espaldas para rodar el plano completo, la bala de fogueo (que lleva más polvora que las de verdad), hizo salir la punta de la bala real y la incrustó en cuerpo del protagonista. Brandon moriría apenas 12 horas después, en la mesa de quirófano tras varias intervenciones para intentar salvar su vida. Ni que decir tiene que el actor Michael Massee entró en una severa depresión que minó mucho su carrera artística.
Ahora se está preparando un remake de esta película con Bradley Cooper como protagonista, ¿estará con la mosca detrás de la oreja?