¿El hombre extinguió a los dinosaurios?

De acuerdo a la ciencia, los dinosaurios comenzaron a existir en el planeta Tierra hace aproximadamente unos 230 millones de años, durante el periodo Tríasico, siguieron existiendo durante el Jurásico y dominaron sin rival durante aproximadamente 135 millones de años, exinguiéndose hace aproximadamente 65 millones de años, durante el periodo Cretáceo. Estos tres periodos, el Tríasico, el Jurásico y el Cretáceo son los tres periodos de la era mezosoica.

Oficialmente se admite que el hombre y el dinosaurio no convivieron juntos por la sencilla razón que el Australopithecus hizo su aparición en la Tierra hace aproximadamente unos 4 millones de años, que el género Homo apareció hace unos 2.5 millones de años, durante el Paleolítico.

Así, la ciencia contradice el hecho de que el hombre hubiera convivido alguna vez con los dinosaurios. Pero ¿que sucedería si no sólo hubiera coexistido con ellos, sino que también hubiera sido, en gran manera, el causante de su diezmación?

Pues esto es justamente lo que expone el médico peruano Javier Cabrera en su libro “El mensaje de las piedras grabadas de Ica”, la tésis de que el hombre no sólo convivió con los dinosaurios, sino que diezmó a cerca de un 30% de la población, todo ello basado en las famosas piedras de Ica, una polémica colección de aproximadamente unas 40.000 piedras, de varios tamaños (que van desde algunos gramos hasta aproximadamente los 40 kilos) y grabados (dinosaurios, tecnología, hombres primitivos, operaciones, etc.).

De acuerdo al señor Cabrera, para aquel entonces había una raza, o humanidad, que vivía en colonias. Sin embargo, los dinosaurios eran una verdadera amenaza para ellos.

Así fue como aquella raza comenzó a fabricar armas para peseguir y matar a los dinosaurios. El señor Cabrera considera que se mataba a los dinosaurios machos, luego se llevaban a una especie de fosa común donde se recubrían con tierra o arena. En otros casos se llegó a dominarlos y a utilizarlos como mecanismo de transporte. Cabrera sigue sosteniendo que dicha raza abandono la Tierra tiempo antes del inminente choque de un asteroide con el planeta.

 

La autenticidad de dichas piedras hoy por hoy están en entredicho. La ciencia las considera un fraude y los paleontólogos no dejan de sostener una carcajada. No obstante, el tema ha llegado muy lejos y, así como tiene detractores, también tiene defensores, llegando a hacerse varios documentales en canales como la BBC.

Aparte de algunos fósiles también controvertidos de hombres gigantes como el de Gargayan (Filipinas) y de las recurridas visitas a los pasajes de Sitchin Zecharia y sus nephilim, varios autores recurren especialmente a dos pasajes de la Biblia:

Génesis 2:19
Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

Génesis 6:4
Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y
les engendraron hijos.

Sin embargo, las historias de esqueletos de hombres gigantes son numerosas. Parece que en tiempo reciente la arqueología, y la antropología son reacias a admitir cualquier teoría que contradiga el esquema establecido, pero lo cierto es que el mismo New York Times hizo hasta hace algún tiempo interesantes notas sobre los descubrimientos que se realizaban durante todo el siglo XIX y a comienzos del siglo XX.

Este es uno de esos casos:

“El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se escavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ … ] . Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día.

El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresale muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largo y puntiagudos [ … ] .”

    – New York Times, 04 may 1912.

Y, en efecto, los hombres de las piedras de Ica, en proporción con los dinosaurios, parecen verdaderos colosos y titanes. Sin embargo, no sólo las piedras de Ica apoyarían esta tesis, sino también las figuras de Acambaro, unas figurillas encontradas en Acambaro, México, en el año de 1945 cuando el comerciante alemán Waldemar Juldsrud se instaló en una de las granjas y un empleado le mostró unas figuras de barro. Juldsrud instó a su empleado a que consiguiera más y, en el tiempo, se lograría hacer a una colección de cerca de 32.000 piezas excavando entre 1.20 m y 1.8 m.

En ellas se aprecian principalmente dinosaurios, animales extintos y desconocidos. Juldsrud hizo datar sus figurillas y el resultado fue que tenían una antigüedad aproximada de 1600 años a.C., de acuerdo a la firma Isótopos Inc. de New Jersey (1968), y de 2500 a.C. , de acuerdo a los Laboratorios del Museo de Pensilvania (1972), Museum’s Applied Science Center for Archaeology (MASCA).

No obstante, algunos argumentan que tales figurillas también son un fraude y que era el empleado de Juldsrud (Odilón Tinajero) quien las fabricaba junto con sus dos hijos. Así mismo, se sostiene que la datación por carbono 14 sólo es aplicable para organismos vivos, y no para piedras ni arcilla. Así mismo, el MASCA realizó una datación posterior y argumentó que la datación anterior estaba errada y que las figurillas eran de reciente fabricación. Hasta la fecha no se sabe si todo fue un complot para desacreditar las figuras de Acámbaro y evitar molestas investigaciones posteriores que obligaran a repensar la historia de la humanidad. Sacad vosotros vuestras propias conclusiones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *